Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2018

Jurassic World: El reino caído

Hay en Jurassic World: El reino caído dos películas diferentes.  Una es espectacular y llena de colorido, ambientada en el escenario familiar de la Isla Nublar,que se trata de Hawai en realidad. Hasta allí se desplaza una expedición que pretende salvar a los dinosaurios de una segunda extinción, compuesta por personajes conocidos de la secuela anterior más algún que otro añadido. Los protagonistas terminarán chocando con unos mercenarios que tienen su propia agenda en un esquema que recuerda bastante a El mundo perdido, la secuela de Spielberg. Como ya es sabido pronto empieza el corre-corre y el pilla-pilla. Esta es la película que quieren los productores, una montaña rusa emocionante con persecuciones y estampidas, sustos y huidas con lava por todas partes. Pero después hay otra película debajo, que era con la que soñaba el director y nunca le dejaron. Es la que intenta salir en la segunda hora de proyección, como si J. A. Bayona lanzara la piedra y escondiera la mano,

Feliz día de tu muerte

Me he imaginado trabajando en el departamento de ventas de esta producción e inventando la frase promocional, “La película que dirigió el hijo de Michael Landon y escribió el guionista malo de los X-Men”. Si a esto añadimos una premisa bastante demencial, no he podido evitar acercarme a esta historia y verla sí o sí. En el fondo, tampoco se molesta en ocultarlo, es una reformulación de la comedia clásica protagonizada por Bill Murray “Atrapado en el tiempo”, incluso hay unos diálogos en el guion que se permiten comentarlo. En esta vertiente, tenemos una secuencia inicial que se repite varias veces con pequeñas variantes, el momento desmadrado en el que la protagonista de la historia se vuelve cínica y empieza a proporcionar salidas estrambóticas a la situación y, por supuesto, la iteración cercana al final en la que la chica le da la réplica perfecta a cada personaje demostrando que ha crecido y se ha vuelto mejor persona. Pero también, y aquí está el puntito de todo, el dí

El muñeco de nieve / Asesinato en el Orient Express

Hoy vamos a proponer un programa doble de reseñas, que podíamos titular “Detectives que pasan frío”. Empezamos por “El muñeco de nieve”, adaptación de un caso del detective noruego Harry Hole. Estamos ante un tipo de novela policiaca que ha venido a llamarse nórdica, puesta de moda con la trilogía Millenium de Stier Lagson, esa de nombres largos y rimbombantes. La película tiene muy interiorizada el modelo y contiene todos los ingredientes, transcurre en Noruega, los personajes tienen relaciones de pareja con alta probabilidad de conflicto, el asesino lleva a cuestas bastantes traumas familiares y, anda por ahí algún político de peculiares gustos sexuales. Así que supongo que los que disfruten de este género en particular quedarán satisfechos. Sin embargo, creo que la película adolece del importante problema de que las historias secundarias y la principal no están bien conectadas, lo que produce la sensación de estar viendo dos o más películas superpuestas. Así que al fi

Aniquilación

Ya no se puede fiar uno ni de Internet. A mi  que siempre me ha gustado bucear en blogs y redes sociales para conocer las impresiones de la gente sobre películas, series o cualquier otro pedacito de cultura popular, últimamente me da la sensación de estar inmerso en un gigantesco capítulo de Beavis y Butt-head, que todo mola o apesta, sin llegar mucho más allá, y, por supuesto, sin solución de continuidad. Así, puedes leer que la última producción de Marvel, por decir algo, es la mejor película de superhéroes filmada hasta la fecha y luego salir del cine con gesto de “Pues bueno, pues vale, pues me alegro”. Con Aniquilación, la última película de Alex Garland, no sabía qué pensar. Podías encontrarte opiniones que la definían como una  obra maestra, así de sopetón, o que era espantosa y no había por donde cogerla. La verdad es que esta historia a medio camino entre la ciencia ficción y el terror tiene ideas interesantes en alguno de sus diálogos junto con imágenes poder

Blade Runner 2049

Blade Runner está sobrevalorada. Hala, ya he soltado la boutade, ahora me voy a explicar. Es innegable la influencia de su estética en la descripción de muchos mundos futuristas que vinieron después, con sus rascacielos y coches voladores, su eterna lluvia y sus urbes atestadas, sus anuncios holográficos y su mezcla cultural oriental. Incluso tenemos la música de Vangelis asociada inevitablemente a estas evocadoras imágenes. Pero la historia en sí es un noir muy justito. El relato de Philip K. Dick “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” en el que se basa no ha pasado precisamente a la historia por ser lo mejor de su autor. Muchos se saben prácticamente de memoria el discurso final de Rutger Hauer antes de morir, que el motor de la historia sea la captura de un grupo de androides renegados por parte de un cazarecompensas a casi nadie le importa. Teniendo en cuenta estos mimbres, resulta curioso que muchas de las críticas a la segunda parte se deban a elementos que ya

El secreto de Marrowbone

No se puede acusar a nuestras cadenas de televisión privada de no haber aprendido a vender sus productos. Atresmedia, o en este caso   Mediaset, te mete por el ojo su última producción como si fuese el no va más. Vamos nena, di que te gusta, oh yeah. Ahora en la pantalla de nuestro televisor están con “El cuaderno de Sara” y antes de la que nos ocupa, teníamos a “Perfectos Desconocidos” hasta en la sopa. Algunas de estas películas están bien, otras no tanto. La cuestión es que, como empresas que son, han comprendido que para que alguien se acerque a la sala de cine para ver un estreno lo primero que debe saber es que existe. Un punto del que quizás flaquean los eventos de streaming, pero eso es otro tema que deberá ser tratado en otra ocasión (o no). “El secreto de Marrowbone” me produjo cierto recelo en el momento de su estreno porque, a priori, su campaña publicitaria recuerda demasiado a otros éxitos tipo “El orfanato”, “Los otros” o “El sexto sentido”. A toro pasado, a un

Kingsman: El círculo de oro

Kingsman: Servicio secreto es una macarrada que se marcó Matthew Vaughn hace un par de años a partir de un cómic de Mark Millar. Este guionista, por cierto, es un auténtico visionario que se dio cuenta de que eso de trabajar para una editorial y sacar un par de cómics al mes no le iba a hacer rico y puso el ojo en el mercado de las adaptaciones cinematográficas. Es mucho más rentable marcarse varias miniseries contratando a vistosos dibujantes para luego sacar la película y vivir del cuento. Al tinglado lo llamó Millarverso y de ahí salieron proyectos como Wanted, Kick-ass y la mencionada Kingsman. La fórmula ya está bastante depurada, el asunto consiste en tomar clichés de toda la vida y sacarles punta a base de señalar lo que tienen de ridículo y hacerlo todo muy bestia. Kingsman no es más que coger el mundo del agente secreto inglés tipo James Bond y meter en él a un chaval de la calle. La cierto es que la película de 2014 me resultó muy divertida, tanto por el tono paródi

La paradoja Cloverfield

El concepto de acelerador de partículas no nos resulta extraño porque hace algún tiempo, con motivo de la construcción de uno de ellos por la Organización Europea para la investigación nuclear (CERN) en Suiza, estuvo presente en los medios de comunicación. Junto con los científicos que proclamaban que se demostraría la existencia del bosón de Higgs o de los universos paralelos, no faltaron tampoco las voces agoreras que vaticinaban la creación de un agujero negro con su puesta en marcha y la destrucción del mundo. Un nuevo efecto Y2K, un déjà vu. A partir de esta premisa te puedes sacar una miniserie catastrofista de ínfimo presupuesto para el canal Syfy, o bien como es el caso, montarte un peliculita de serie B enmarcada en el género de tripulación con problemas a bordo titulada “La partícula de Dios”. Después llega J.J. Abrams, le ve posibilidades y le añade la palabra Cloverfield al título, unas poquitas escenas y cuatro detallitos y te empaqueta un nuevo capítulo de esa no

It

It adapta una de las novelas más populares de Stephen King, libro que, vaya por delante, no he tenido el placer de leer aunque sí recuerdo con cariño la miniserie de 1990 que aquí en España se estrenó en formato de video doméstico. La historia toca temas recurrentes de este autor y narra el enfrentamiento de un grupo de chavales marginados, que se llaman a sí mismos los perdedores, contra una entidad maligna cambiaformas que los ataca a través de sus miedos. Aunque este monstruo no tiene un aspecto definido siente una especial predilección por aparecerse como un payaso diabólico bailarín de nombre Pennywise. Se trata en el fondo de la clásica historia iniciática, con una gran importancia del valor de la amistad, en clave de terror. La novela de Stephen King de casi mil páginas se desarrolla de forma paralela en dos tiempos, la infancia y la edad adulta de los protagonistas, en los años 50 y en los años 80, fecha de publicación de la novela, estructura justificada por el ciclo

Baby Driver

Después de salir escaldado de la película de Marvel “Ant-Man”, tras varios años de estar implicado, se ve que a Edgard Wright le apetecía meterse en un proyecto del que tuviera el control creativo completo y estrenó esta “Baby Driver”, título sacado de una canción de Simon & Garfunkel, de la que es director y guionista. Y te convencerá según qué consideres que es más importante, si lo que se cuenta o cómo se hace, el fondo o la forma. La historia sobre un joven conductor que proporciona la vía de escape a atracadores a mano armada no da demasiado margen a la sorpresa. No falta ni un cliché, ni su buen corazón ni la imposibilidad de alejarse del mundo criminal a pesar de sus esfuerzos. También encontramos a la chica y al padre adoptivo impedido, que estarán en peligro y deberán ser salvados en algún momento. Ahora bien, se nota un cierto esfuerzo en darles un puntito de originalidad a los personajes, como ese protagonista con acúfenos que debe escuchar música permanent

Trainspotting 2

“¿Por qué?” Es lo primero que le viene uno a la cabeza cuando se entera de que los responsables de Trainspotting, aquella influyente comedia negra (o drama, según se mire) de mediados de los 90 con una potentísima banda sonora, se han puesto manos a la obra con una continuación. “¿Era necesario? ¿No se tratará de un nuevo sacacuartos que apela a la nostalgia?”   Veinte años después del final de la primera parte, Renton vuelve a Edimburgo a reencontrarse con sus amigos cuando la vida que eligió resultó no ser suficiente. A pesar del tiempo transcurrido, lo que podría suponer algo más de madurez en los personajes, la historia se repite en cierto modo cuando el grupo vuelve a sus trapicheos habituales.   El hecho de que todos los actores   protagonistas retomen sus papeles y de que este siempre muy presente en la narración el film original, mediante flashes visuales o musicales, le da un aire a reencuentro al conjunto. Creo que lo interesante de la experiencia es haber visto l

La torre oscura

Imagina que estás en tu casa una tarde tonta de sábado del año ochenta y pico y que metes una cinta que alquilaste del videoclub en tu reproductor de VHS. En la televisión de tubo se cuenta la historia de un muchacho con grandes poderes aún latentes, Jake, perseguido por un ser diabólico, el hombre de negro, que busca la conquista del universo desde una dimensión demoníaca. Este joven viaja a otro mundo y se une a un héroe caído en desgracia que perteneció a una antigua orden de defensores del bien, los pistoleros. Acosados por el terrible hombre de negro, Jake y el pistolero se verán obligados a volver a Nueva York para librar la batalla final. Acción a cámara lenta, trucos molones con un par de colt .45, viaje entre dimensiones, el universo al borde de la destrucción…Todo lo necesario para flipar durante noventa minutos. El problema radica en que en realidad lo estás viendo en un reproductor de blu-ray sobre una pantalla plana casi treinta años después. Nadie tiene muy clar