Ir al contenido principal

Blade Runner 2049



Blade Runner está sobrevalorada. Hala, ya he soltado la boutade, ahora me voy a explicar. Es innegable la influencia de su estética en la descripción de muchos mundos futuristas que vinieron después, con sus rascacielos y coches voladores, su eterna lluvia y sus urbes atestadas, sus anuncios holográficos y su mezcla cultural oriental. Incluso tenemos la música de Vangelis asociada inevitablemente a estas evocadoras imágenes.

Pero la historia en sí es un noir muy justito. El relato de Philip K. Dick “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” en el que se basa no ha pasado precisamente a la historia por ser lo mejor de su autor. Muchos se saben prácticamente de memoria el discurso final de Rutger Hauer antes de morir, que el motor de la historia sea la captura de un grupo de androides renegados por parte de un cazarecompensas a casi nadie le importa.

Teniendo en cuenta estos mimbres, resulta curioso que muchas de las críticas a la segunda parte se deban a elementos que ya estaban en la cinta original.

No puedo negar que meterse a hacer una continuación de un clásico me parece un marrón considerable, aun así creo que a los responsables de Blade Runner 2049 les ha salido bastante bien. Estéticamente es impecable, además de coherente con la cinta original. La historia que se plantea en principio es independiente de aquella aunque a medida que va avanzando termina conectando con hechos de la película anterior, por lo que resulta satisfactoria en este aspecto. El argumento es muy esquemático sí, y algunos personajes parece que pasaban por ahí pero ¿acaso no pasaba en la película de Ridley Scott?

El único punto débil para mi está en la duración, de dos horas y media. Quizás nos hemos acostumbrados a blockbusters donde todo va muy rápido, a ritmo de bombas y explosiones, o que en la era de las series, cualquier cosa que dure más de 45 minutos nos hace sentirnos inquietos en nuestro sillón, pero el caso es que se me hizo larga. El problema es que no creo que haya una justificación para ello y que se debe más a que los creadores se han enamorado del mundo con el que están jugando. Por poner un ejemplo, hay una escena de lucha entre Ryan Goslin y Harrison Ford en un bar abandonado que es muy bonita de ver pero que no aporta absolutamente nada a la trama.

Aunque venga de la casilla de salida con las cartas marcadas, aplastada a priori por la fama de su predecesora, Blade Runner 2049 es una película más adulta de lo que suele estrenarse en cines que merece la pena verse.

Comentarios

Entradas populares de este blog

It

It adapta una de las novelas más populares de Stephen King, libro que, vaya por delante, no he tenido el placer de leer aunque sí recuerdo con cariño la miniserie de 1990 que aquí en España se estrenó en formato de video doméstico. La historia toca temas recurrentes de este autor y narra el enfrentamiento de un grupo de chavales marginados, que se llaman a sí mismos los perdedores, contra una entidad maligna cambiaformas que los ataca a través de sus miedos. Aunque este monstruo no tiene un aspecto definido siente una especial predilección por aparecerse como un payaso diabólico bailarín de nombre Pennywise. Se trata en el fondo de la clásica historia iniciática, con una gran importancia del valor de la amistad, en clave de terror. La novela de Stephen King de casi mil páginas se desarrolla de forma paralela en dos tiempos, la infancia y la edad adulta de los protagonistas, en los años 50 y en los años 80, fecha de publicación de la novela, estructura justificada por el ciclo

El secreto de Marrowbone

No se puede acusar a nuestras cadenas de televisión privada de no haber aprendido a vender sus productos. Atresmedia, o en este caso   Mediaset, te mete por el ojo su última producción como si fuese el no va más. Vamos nena, di que te gusta, oh yeah. Ahora en la pantalla de nuestro televisor están con “El cuaderno de Sara” y antes de la que nos ocupa, teníamos a “Perfectos Desconocidos” hasta en la sopa. Algunas de estas películas están bien, otras no tanto. La cuestión es que, como empresas que son, han comprendido que para que alguien se acerque a la sala de cine para ver un estreno lo primero que debe saber es que existe. Un punto del que quizás flaquean los eventos de streaming, pero eso es otro tema que deberá ser tratado en otra ocasión (o no). “El secreto de Marrowbone” me produjo cierto recelo en el momento de su estreno porque, a priori, su campaña publicitaria recuerda demasiado a otros éxitos tipo “El orfanato”, “Los otros” o “El sexto sentido”. A toro pasado, a un

Feliz día de tu muerte

Me he imaginado trabajando en el departamento de ventas de esta producción e inventando la frase promocional, “La película que dirigió el hijo de Michael Landon y escribió el guionista malo de los X-Men”. Si a esto añadimos una premisa bastante demencial, no he podido evitar acercarme a esta historia y verla sí o sí. En el fondo, tampoco se molesta en ocultarlo, es una reformulación de la comedia clásica protagonizada por Bill Murray “Atrapado en el tiempo”, incluso hay unos diálogos en el guion que se permiten comentarlo. En esta vertiente, tenemos una secuencia inicial que se repite varias veces con pequeñas variantes, el momento desmadrado en el que la protagonista de la historia se vuelve cínica y empieza a proporcionar salidas estrambóticas a la situación y, por supuesto, la iteración cercana al final en la que la chica le da la réplica perfecta a cada personaje demostrando que ha crecido y se ha vuelto mejor persona. Pero también, y aquí está el puntito de todo, el dí